Muchas veces creemos que adorar a Dios, es un lindo cántico que conmueve nuestras vidas y que llega a la presencia de Dios. Pero esto solo es consecuencia, de ser un adorador.
Ya que, tocar un instrumento o cantar, aun canciones cristianas, no significa que estemos adorando a Dios; y mucho menos que, haciendo eso seamos los adoradores que Él busca (S. Juan 4:23).
En las escrituras, podemos encontrar un buen ejemplo de lo que significa ser un adorador. Todos nosotros conocemos la vida de Abraham. Por lo cual, permítanme compartir algunos aspectos, por cierto importantes:
En cada momento crucial, él adoraba a Dios (Gn.12:7; 13:,18). Para Abraham la adoración era constante, era su estilo de vida.
Cuando Dios llama a Abraham le dice que, debía salir de su tierra y, de su parentela, pero no le da mas instrucciones que estas dos. No le dice hacia qué ciudad ir, no le da las coordenadas precisas de dónde era ese lugar que, fluye leche y miel; solo le dice que, deje su tierra, y a su parentela.
Ur de los calderos, donde vivía Abraham, era una tierra politeísta; ellos creían en varios dioses, según cuenta la tradición oral judía. Tare, el padre de Abraham, se dedicaba a hacer las estatuas de los falsos dioses.
Creo que por este motivo, Dios le dice salí de tu tierra y deja a tus parientes.
Creo que la vida de un adorador inicia cuando dejamos Egipto, cuando decidimos iniciar el viaje hacia la vida en Cristo.
Ahora, como dijimos antes, Abraham no sabía hacia dónde caminar; por lo cual, es clave lo que él hacía, lo que vemos en estos versículos, el edificaba un altar y adoraba a Dios.
Lo que quiero decirte es que, la búsqueda diaria de Dios a través de la lectura su Palabra, de la oración y de la persona del Espíritu Santo, nos guiará hacia la una vida de obediencia, y esto nos dará dirección, de cómo y hacia dónde caminar cada día.
Dios promete a Abraham un hijo, a través del cual se cumpliría la promesa dada por Dios en Ur (Gn.15. Pacto Abrahámico)
Isaac sería el cumplimiento de esa promesa, a través de Isaac todo por lo cual caminó Abraham tendría cumplimiento; no sería un hijo más, sería el motivo por el cual Abraham existía.
Dios ordena a Abraham que sacrifique a Isaac (Gn.22:1-2)
Es interesante ver varios puntos de estos dos versículos, el primero es que, Dios le dice: “…ofrécelo allí en holocausto…” la palabra holocausto significa ofrenda, es decir que, le estaba pidiendo que lo entregue en ofrenda. En ese tiempo, las ofrendas solían ser de animales, a los cuales se los desgollaba y luego, se los prendían fuego. Esto es lo que le pide Dios que haga. No es que probará su fe, prueba su adoracion. Ya que como dice Hebreos 11:19 “…pensando que Dios es poderoso para levantar aún de entre los muertos, de donde, en sentido figurado, también le volvió a recibir…” él sabía que Dios podría levantar a Isaac de entre la cenizas. En este punto, Abraham conocía un poco más a Dios que en un primer momento, esto es debido a su búsqueda cotidiana y, su obediencia hacia Dios.
Lo segundo que le dice es “…sobre uno de los montes que yo te diré…” Dios continúa con las incógnitas. Abraham debía volver a buscar a Dios pero ahora no era para saber en qué sentido caminar, sino para ver adónde debía sacrificar a su hijo. Hijo por el cual vendría el cumplimiento de la promesa, qué tremendo es esto! Un adorador, busca a Dios, le ofrece holocausto, aún cuando esto signifique, dejar todo en ello.
Abraham prepara el sacrificio (Gn.22:3-4)
Creo que este punto es crucial, dice la biblia que “…Y Abraham se levantó muy de mañana, y enalbardó su asno, y tomó consigo dos siervos suyos, y a Isaac su hijo; y cortó leña para el holocausto…” El fue muy diligente, imagínense, por un instante, tener que cortar leña para prender fuego a tu hijo!!! Qué nivel de conocimiento de Dios tenía este hombre, qué nivel de entrega, que aún el mismo preparo su adoración!. A veces, creemos que adorar a Dios es cantar, o tocar, o emocionarse, o sentir. ADORAR ES ESTAR DISPUESTO A AGRADAR A DIOS, CUESTE LO QUE CUESTE.
Pero también, esto me habla de preparar mi adoración y esto no es de cualquier forma, debo hacerlo tanto en lo espiritual como en lo técnico. Debo estar preparado para obedecer, y debo estar preparado para que en mi adoración no me falte leña. Que todo este listo. Si vas a ofrecer tu adoración, sea por medio del canto o de un instrumento, debes hacerlo bien, como dice el Salmo 33:3.
Abraham toma el sacrificio como una verdadera adoración (Gn.22:5)
Es clara la Palabra, Abraham dice “…subiremos adoraremos y volveremos a vosotros…”.
Subiremos significa que, no puedes adorar a Dios en cualquier lugar, debes subir a donde ÉL está. El no está entre los pensamientos naturales, no es bajo tu línea de pensamientos, ni de la forma en que tú piensas, la Biblia dice, en Salmos 24:3
‘¿Quién subirá al monte de Jehová? ¿Y quién estará en su lugar santo?’
Este pasaje dice, el limpio de manos y puro de corazón. Subir significa estar bañado en la sangre de Jesús, significa purificar tu alma en EL, significa no vivir en la vanidad, dejar todo de lado para poder subir.
“Adoraremos” para Abaham era darlo todo, aún lo que más amaba, no importaba lo que costara, el fin era obedecer y agradar a Dios. Por esto, la Biblia dice que El busca adoradores que le adoren en Espiritu y verdad; no hay muchos que estén dispuestos a adorar a Dios de esa forma.
“Volveremos a vosotros”: la confianza de Abraham estaba basada en el conocimiento que tenía de Dios, él sabía que la promesa se cumpliría de una forma u otra. Como hemos dicho antes, el hecho de que buscara a Dios, que edificara una altar para adorarle, y que caminara con Dios hizo que le conociera aún más.
Dios es fiel a su promesa (Gn.22:6-18)
Cuando mantenemos una vida de adoración, Dios es fiel, a cada una de sus promesas. El se hará presente, traerá Palabra, y respuestas a tu vida, aún en aquellas que ni siquiera esperas.
Esto que hizo Abraham, es lo que busca el Señor de cada uno de nosotros, que rindamos nuestras vidas por completo a El. Nuestra adoración, más que un cántico bonito, debe ser una vida totalmente consagrada a Dios, capaz de ser entregada para El.
“Más la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán a Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.” Jn.4:23-24